¿Te has parado a pensar cuántas decisiones toma un cliente en los pasillos de tu supermercado?
La mayoría de esas decisiones no están planeadas, sino que se toman en pocos segundos, influidas por lo que ven, cómo lo ven y dónde lo ven.
Por eso, entender cómo colocar los productos en un supermercado es una de las claves más importantes para mejorar tus ventas. No solo se trata solo de llenar los lineales, sino que hay que aplicar una buena estrategia de colocación de los productos que invite a su compra.
La importancia de cómo ubicar los productos
Cuando entras en un supermercado, tu atención no se reparte de forma aleatoria. Existen zonas calientes y zonas frías, niveles de visión y pasillos clave.
Entender estos conceptos te permite anticipar el comportamiento del consumidor y, con ello, mejorar tu capacidad de conseguir más ventas en tu supermercado de forma más sencilla y rentable.
La zona más valiosa es el nivel de los ojos. Los productos colocados aquí tienen hasta un 35% más de probabilidad de ser comprados frente a los que están a ras de suelo o muy por encima.
Y lo mismo ocurre con las cabeceras de góndola, un espacio privilegiado para impulsar nuevos lanzamientos o promociones.
Así que, si quieres saber cómo mostrar tus productos en tu supermercado, empieza por identificar los lugares de mayor tráfico, los niveles de mejor visibilidad y los momentos de mayor afluencia.
Cada decisión sobre la ubicación puede suponer una diferencia importante en tus resultados diarios.
Orden, facing y categorías. Las claves para activar ventas
Más allá de la ubicación física, hay un elemento fundamental en una estrategia de exposición de productos, que es, mantener los lineales ordenados y bien frenteados para así aumentar las ventas.
Este principio, que parece básico, tiene un impacto directo en la percepción de calidad, disponibilidad y cuidado por parte del consumidor.
Cuando un cliente ve una lineal desordenado, con huecos o productos mal colocados, interpreta inconscientemente que ese producto tiene baja rotación o poca demanda.
En cambio, un lineal limpio, lleno y perfectamente alineado transmite dinamismo, confianza y profesionalidad. El frenteado correcto —mostrar siempre la cara visible del producto hacia el cliente— no es solo estética, es una técnica de venta.
Y no olvides el poder de la agrupación por categorías. Si colocas juntos los productos complementarios (como pasta, salsas y queso rallado), aumentas la posibilidad de venta cruzada.
Además, este tipo de colocación estratégica de los productos en tu punto de venta, ayuda a activar compras por impulso, mejorando así la experiencia del consumidor.
Cómo colocar los productos en el lineal para destacarlos y aumentar las ventas.
Veamos algunas pautas prácticas que puedes aplicar desde hoy mismo.
- Nivel de los ojos = nivel de venta. Coloca en esta área tus productos estrella o los que quieres rotar más rápido.
- Agrupa por colores y tamaños. Facilita la navegación visual y evita el “ruido” en el lineal.
- Utiliza una señalética clara. Descuentos, precios especiales o productos destacados deben ser fáciles de identificar a distancia.
- Aprovecha los extremos. Las cabeceras de los pasillos son lugares con altísimo potencial.
- Renueva la exposición regularmente. Cambia la ubicación de ciertos productos cada dos semanas para refrescar la experiencia.
¿Y cómo colocar los productos en tu supermercado si tienes muchas referencias o espacio limitado?
Pues priorizando. No todo puede estar en el mejor sitio, pero sí puedes rotar, hacer tests A/B con ubicaciones y observar qué funciona mejor.
Lo importante es no dejar nada al azar.
Impacto de una buena estrategia de colocación
Aplicar correctamente estas técnicas no solo mejora las ventas, sino que influye directamente en la percepción que tiene el cliente de tu tienda.
Una buena organización inspira confianza. El orden genera una experiencia más cómoda. Y la visibilidad adecuada puede hacer que un producto pase de estar estancado a convertirse en un top ventas.
Además, si sabes posicionar tus productos en el supermercado teniendo en cuenta la lógica del cliente —y no solo la del proveedor—, verás cómo aumenta la fidelidad.
Las personas vuelven a lugares donde encuentran lo que buscan con facilidad, donde descubren novedades sin esfuerzo, y donde sienten que hay un criterio detrás de cada exposición.
Como ves la estrategia es fundamental. No subestimes el poder de unos centímetros arriba o abajo, ni el de una etiqueta bien colocada. En retail, los pequeños detalles venden más de lo que imaginas.